Histerectomía, destrucción endometrial o Sistema intrauterino de liberación de levonorgestrel (Mirena) como tratamiento de la hipermenorrea: revisión sistemática y metaanálisis.
Se identificaron estudios mediante búsqueda hasta mayo de 2010 en las bases de datos MEDLINE, EMBASE y CINAHL, y en la Biblioteca Cochrane. Fueron seleccionados estudios consistentes en ensayos randomizados (aleatorizados) y controlados, en los que se evaluaran comparativamente tres distintos métodos de tratamiento del sangrado menstrual copioso refractario a otros tratamientos: a) histerectomía; b) destrucción endometrial; c) uso del dispositivo Mirena. Se extrajeron los datos demográficos y clínicos pertinentes. La principal medida de evolución fue el grado de satisfacción con el tratamiento evidenciado por las pacientes sometidas a los diferentes métodos
Se recopilaron datos de 2814 mujeres, participantes en 17 estudios. En esos trabajos se practicaban comparaciones entre histerectomía y destrucción endometrial de primera generación, entre histerectomía y uso del dispositivo Mirena, entre destrucción endometrial de primera y de segunda generación y entre destrucción endometrial de segunda generación y Mirena. Se indican los resultados obtenidos.
- A los 12 meses promedio de tratamiento se manifestaban insatisfechas el 13% de las mujeres sometidas a técnicas histeroscópicas de primera generación, contra el 5% de las que habían sido tratadas mediante histerectomía. La razón de productos cruzados [también llamada Odds ratio (OR, razón de desventaja)], alcanza a 2,46, con intervalo de confianza (IC) del 95% entre 1,54 y 3,9. La diferencia resulta estadísticamente significativa: p < 0,001).
- Esa apreciación de las pacientes no parece depender de los resultados clínicos objetivos, ya que la histerectomía requirió en promedio 3 días más de internación, y cinco días más de espera hasta reanudar las actividades habituales (para ambos aspectos, p < 0,001).
- Al comparar la destrucción uterina de primera generación con la de segunda generación, se observa similar grado de satisfacción: OR de 1,2 (IC, 0,9-1,6; p = 0,2). También aquí existe ausencia de correlación con los resultados clínicos: el procedimiento de segunda generación insumió menos tiempo, y las pacientes sometidas a él se recuperaron más pronto (para ambos parámetros, p < 0,001), con menos complicaciones.
- No se registran comparaciones directas entre histerectomía y destrucción de segunda generación. Las de tipo indirecto sugieren 11% de insatisfacción con esta última técnica, contra 5% con la histerectomía (p = 0,006).
- Por comparación indirecta se llega también a la conclusión de que el Mirena resulta menos satisfactorio que la histerectomía (p = 0,007). Con todo, la limitada cantidad de casos disponibles para el análisis hace que esta última apreciación sea cuestionable, por carecer de potencial estadístico suficiente.
Surgen varias conclusiones.
- En mujeres que recibían distintos tratamientos contra el sangrado menstrual copioso, los porcentajes de quienes se mostraban insatisfechas con la intervención realizada eran pequeños, no superiores al 13%.
- La histerectomía es el método de tratamiento más impopular.
- La destrucción endometrial de primera generación suscita más rechazos que la de segunda generación.
- No hay elementos para determinar si el uso del dispositivo intrauterino Mirena goza de mayor popularidad que la destrucción endometrial con técnicas de segunda generación.
- Estos índices de preferencias de las mujeres no dependen de manera directa de su evolución clínica objetiva.
Middleton LJ, Champaneria R, Daniels JP y colaboradores, (Heavy Menstrual Bleeding Individual Patient Data Meta-analysis Collaborative Group). Hysterectomy, endometrial destruction, and levonorgestrel releasing intrauterine system (Mirena) for heavy menstrual bleeding: systematic review and meta-analysis of data from individual patients. British Medical Journal. 2010;341(c3929): 1-11
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